No compares a tus hijos con otros niños
Al punto o nivel que lo quiera ver, sean deportes, sean
carreras profesionales, sea a nivel empresarial, sea lo que realmente sea,
siempre va a existir la comparación.
Es algo prácticamente inevitable, sin embargo, podemos llevar de forma positiva, e
incluso disimulada para evitar las malas interpretaciones.
Tengamos en cuenta, que las comparaciones pueden ser buenas, si le das el mismo nivel de importancia
a la persona comparada.
Al comparado A con el comparado B, viéndolos como iguales, o
a tiempo futuro
“Sigue así y pronto
serás como… O hasta mejor”
Son comparaciones
positivas, pero frases más allegadas a los extremos negativos como:
“Mira a… Crees poder
llegar ser algún día como…”
Pueden hacer que exista una decaída fuerte en la
autoestima, o rencor hacia el punto en que se es comparado, debido a que no
permiten dar su esfuerzo para ser lo que quiera ser, sino que, se le mantiene la presión de ser igual a
alguien más.
Otras
comparaciones negativas

Insistir
siempre con una persona de admiración es negativo.
Si
siempre se crea un enfoque a respetar y admirar a la misma persona, creando
comparaciones como “Cuando sea grandes
quiero que seas como…” de forma continua, puede que el niño lo cumpla, pero
¿Es realmente lo que él quiere?
La
idea es crearle varios ideales con ideas de distintas imágenes de grandeza.
La mejor comparación
que se puede hacer del infante es con el mismo.
Al niño que poco a poco va mejorando, hacerle ver como
antes no podía hacer cosas que ahora puede. De esa forma, entenderá que, si hoy
no puede algo, con dedicación, pronto podrá. Son comparaciones al pasado.
También existe las comparaciones
a futuro que es recordarle que esta pequeño, que al crecer podrá hacerlo
mejor, que se enfoque en practicar para cuando sea grande, sea el mejor de
todos.
Se debe evitar
comparar con amigos, vecinos, hermanos o primos, solo puede crear rencor hacia
la persona comparada, pero siempre se debe buscar hacer crecer al niño para ser
una mejor persona.